Azúcar, rebelión y cimarronaje

martes, 1 de diciembre de 2009


Azúcar, rebelión y cimarronaje


Rememoremos el 487 aniversario de la primera sublevación de esclavos negros que conoció el Nuevo Mundo, acaecida el 26 de diciembre de 1522; en el ingenio azucarero “La Duquesa”, quizás estimulado por el de Enriquillo, sucedido en el Baoruco, alzamiento que mantuvo mayor resonancia por el prestigio social de sus señores el virrey, almirante y gobernador don Diego Colón y doña María de Toledo. Los rígidos métodos de trabajos, empleados por los amos en las plantaciones e ingenios azucareros, propiciaron su levantamiento. La vida llegó hacérseles insoportable y optaron por perderla luchando, como único medio para recuperar la libertad.

Sin embargo, aquel conato fue aplastado en lo inmediato, don Diego Colón marchó acompañado de Melchor de Castro y don Francisco de Ávila, a su encuentro. Los sublevados fueron sorprendidos en sus campamentos en las proximidades de Azua y Nizao, batiéndose cuerpo a cuerpo con los españoles, dejando en los campos de batalla varios muertos y heridos. El resto de los rebeldes huyó por las montañas perseguidos por tropas españolas siendo apresados y sus jefes y ejecutados.

La represión no logró detener los levantamientos individuales en años posteriores.

No debe, pues, extrañar que a partir de ese instante el cimarronaje fuera permanente, contra el colonialismo, al tiempo que se formaban “manieles” o “palenques” en Ocoa, Baoruco y la Sierra de Neyba. Brotaron líderes en todas las regiones como: Sebastián Lemba, Diego Guzmán, Juan Criollo y Diego del Campo. De modo que, el esclavo africano y el indio nunca se rindieron, jamás dimitieron a su libertad.

En 1528 apareció el primer ordenamiento jurídico dictado por la Corona española para sancionar los constantes alzamientos de negros, leyes que buscaban regular, prevenir, o castigar las inconductas sociales de los fugitivos. Las sanciones iban desde cien azotes y colgarles argolla, la reincidencia se penalizó con la muerte.

La esclavitud es tan antigua como el hombre. Frecuentó las antiguas culturas de Mesopotamia, Egipto y Roma. La servidumbre era habitual en el mediterráneo, llegó América con los conquistadores. Fue en La Española, donde tuvo inicio la Trata de Esclavos en América creando el primer vínculo racial de españoles, indígenas y africanos.

La Villa de la Concepción de La Vega, está reconocida como la primera en producir azúcar en 1506 para el consumo local, su exportación hacia España inició en 1515. El colapso vertiginoso de la mano de obra nativa obligó al colonialista a pensar en el esclavo africano como única manera de poder suplir la escasez del indio, quienes morían por el exceso de trabajo a que eran expuestos por los encomenderos.

La presencia de esclavos negros traídos de España a la colonia data 1502, con la llegada del gobernador don Nicolás de Ovando, para trabajar en las minas de oro. Estos primeros negros huyeron de las minas sin que nadie volviera a saber de ellos. Entre el 1515 y 1518, la explotación de la industria azucarera multiplicó la trata hasta llegar a una población significativa. Ingresaron al puerto de Santo Domingo un promedio de 25,000 a 35,000 esclavos africanos, en 1520 y 1550.

La industria azucarera inició su desarrollo a partir del gobierno de los Padres Jerónimo, convirtiendo los ingenios en industria y plantación, donde se establecían núcleos poblacionales importantes.

El maltrato que recibían aquellos esclavos negros era digno de compasión: “Sucedía que si uno de ellos quería castigar a un esclavo por alguna cosa mal hecha, por no haberse ganado su día, o solamente por algún despecho, o por no haber extraído de la mina la acostumbrada cantidad de plata, cuando por la noche venia a la casa, en vez de darle cena le hacía quitarse la ropa; si es que tenia puesta alguna camisa, lo arrojaba al suelo y le ataban las manos y los pies, colocándole una madera atravesada que es llamada por los españoles la Ley de Bayona, y que yo creo fue inventada por un gran demonio; luego lo azotaban con una soga o correa hasta que todo su carnes lloraban de sangre. Al terminar toman una libra de pez o también una escudilla de aceite hirviente y poco a poco se la echaban sobre todo el cuerpo, después lo lavan con pimienta del país disuelta en agua y sal y lo dejan encima de una tabla con una frazada, hasta que el dueño le parezca que puede de nuevo trabajar”. Deive, Carlos Esteban. “ESCLAVITUD DEL NEGRO EN SANTO DOMINGO. Editora Taller. Santo Domingo. Tomo II. Pág. 408. ”

La rebeldía a la esclavitud es un hecho arraigado en la vida de todas las colonias hasta la segunda mitad del siglo XIX. En “La Duquesa”, los esclavos lavaron las piedras con sangre y sudor emanadas de sus espaldas por el látigo del mayoral. Las ruinas de La Duquesa se encuentran expuestas allí, para mostrarles al mundo su valor testimonial de la explotación azucarera en el Nuevo Mundo, como símbolo excepcional de la primera sublevación de esclavos negros.


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