PRIMICIAS
ESPANOLAS DE LA CIUDAD DE
SANTO DOMINGO
Risoris Silvestre
Corría el 15 de abril del
año 1502 en la Nueva
Isabela, se divisan a lo lejos las 32 carabelas donde llega el nuevo
gobernador, Nicolás de Ovando. Le acompañan un contingente de 2,500 hombres que
vienen dispuestos a expandir el reino de España en las nuevas tierras
descubiertas por Colón. En este grupo
llegan nobles, caballeros, hombres de armas, diestros artesanos, labradores,
herreros, sastres, en fin toda clase de títulos y oficios con la firme voluntad
de hacer fortuna rápida, para volver a su patria llenos de poder y gloria. Con
ellos llegaron también 12 frailes franciscanos con la intención de expandir la
doctrina cristiana entre los aborígenes y llega también el que fuera luego
defensor de los nativos y cronista de Indias, Bartolomé de las Casas.
Los que salen a
su encuentro, residentes hace ya varios años en el nuevo mundo, esperan
vehementes, tanto las noticias de familiares y amigos como la comida, el vino,
el pan, el aceite, todo es esperado y recibido con las ansias del ausente.
Estos a su vez reciben los recién llegados con las buenas nuevas de haber
encontrado el oro prometido.
El nuevo gobernador encuentra un
poblado pobremente construido de madera y paja en la orilla oriental del río
Ozama. Como primera misión se impone rehacer el poblado una vez reconocida la
isla. Ovando considera la reconstrucción pero al otro lado de la rivera del
río, teniendo en cuenta que todos los pueblos españoles se encontraban del lado
de esa rivera y se hacia mucho mas fácil su comunicación para visitarlos. El
agua potable fue quizás, el motivo mas importante, ya que el pozo de donde esta
se extrae se encuentra también en la otra margen del río, siendo ilógico que
este elemento tan vital tuviera que ser transportado continuamente en barcas,
como dice Las Casas. Atendiendo la opinión de Oviedo, Ovando realiza el
traslado con un interés político ya que la nueva ciudad seria de su fundación y
con este nombre quedaría para la posteridad, como en realidad ha sucedido.
A dos meses de haber llegado, el
5 de agosto comienza el traslado de la ciudad, poco a poco se va despoblando el
viejo asentamiento para ir construyéndose en la margen occidental. Se marcaron
las calles a cordel y regla utilizando el modelo que los españoles habían
empleado en la repoblación de las tierras reconquistadas a los árabes con
cuatro calles paralelas al río en dirección norte sur, y cuatro calles
perpendiculares en la dirección de la salida del sol. Este trazado con calles
rectas y amplias, EL PRIMER TRAZADO EN DAMERO DE AMERICA se convierte en
orgullo de los pobladores y asombro de los muchos visitantes, como lo
atestiguan documentos escritos de la época. Oviedo describe la ciudad de la
siguiente manera “…el asiento mucho mejor
que el de Barcelona, porque las calles son tanto y mas llanas y mucho mas
anchas y sin comparación mas derechas; porque como se haya fundado en nuestros
tiempos…fue trazada con regla y
compás y a una medida las calles todas en lo cual tienen muchas ventajas a
todas las poblaciones que he visto”. [1]
De esta manera
se comienza a construir LA PRIMERA CAPITAL EUROPEA EN AMERICA iniciándose así una de las
empresas urbanizadoras de mayor envergadura que se haya emprendido en la
historia de la humanidad. Este trazado fue repetido en las fundaciones de las
demás islas caribeñas y trasladada después a tierra firme donde se fue
convirtiendo poco a poco en la traza completamente regular que tiene Lima,
Perú. Estas ciudades consolidaron la
monarquía en las nuevas tierras y generaron los nuevos núcleos que serían luego
las grandes ciudades americanas.
La búsqueda de oro era la
actividad más importante de los colonos, impulsando la población a trasladarse
por semanas hasta las minas de Haina, muchos de ellos enfermaron y otros
dejaron sus vidas en estas, necesitando los servicios médicos. Son numerosos
también los visitantes que necesitaban de la atención y cuidados médicos, así es
que muy pronto la ciudad tiene la necesidad de un lugar para curar a los
enfermos por lo que en un solar donde una piadosa mujer atendía a los pobres y
los curaba según su posibilidad, ordenó Ovando construir EL PRIMER HOSPITAL
ESPANOL EN AMERICA, el 29 de noviembre de 1503.
En principio no era más que una modesta construcción en mampostería,
comenzando la fábrica del hospital, cuyas ruinas conocemos ahora, en 1533. Este
acomodaba a 50 o 60 enfermos atendiendo anualmente alrededor de 700, entre los
cuales se encontraba un gran numero de marineros y pasajeros de las armadas que
tocaban el populoso puerto de Santo Domingo. Este hospital estuvo ofreciendo
servicios a la colonia durante alrededor de 300 años, abandonándose y quedando
en ruinas a principios del siglo XIX, para finalmente ser demolido en 1912.
En esta nueva ciudad los
franciscanos fueron favorecidos con un solar en un altozano, fuera del trazado
de la ciudad al lado norte. Desde lo alto los frailes podían apreciar la vista
del mar Caribe, el puerto y toda la ciudad en plena labor de construcción cuyos
muros de piedra y tapia subían metro a metro ante la infatigable labor de los
maestros constructores. En esta colina se levanta EL PRIMER MONASTERIO ESPAÑOL
EN AMERICA.
No es hasta 1508 que el monasterio
se comienza en piedra con los aportes de Francisco de Garay quien quería
asegurar el espacio de su tumba, costumbre medieval europea que se traslada a
las nuevas tierras. Esta construcción es ampliada por el maestro Rodrigo de
Liendo en 1544 construyendo la iglesia, la capilla de la tercera orden y el
monasterio, según lo atestiguan las ruinas que han llegado hasta nosotros.
Todavía podemos valorar la imponencia de la obra que ha pesar de no haber
resistido el paso del tiempo se puede apreciar lo que fueran los espacios a
través de restos de muro y arranques de bóvedas. Dos portones se conservan como
testigos de la regia obra, la entrada al monasterio con el portón más antiguo
donde se destaca el cordón plateresco y el portal renacentista de la iglesia
construida en el siglo XVIII.
Desde sus inicios la ciudad es un
centro de negocios, su posición estratégica la ha convertido en un punto de
salida para las expediciones a Tierra Firme, en esta que se organiza el
abastecimiento de las flotas y la administración de las nuevas tierras, lo que
motiva la creación de la PRIMERA CASA DE CONTRATACION EN AMERICA en marzo de
1503.
Para tener una mejor idea de la
importancia del puerto de Santo Domingo en esa primera época de la colonia,
citaremos al respecto a Erwin Walter Palm[2],
“por lo tanto Ovando intento transformar
la isla en estación obligatoria para todo descubrimiento futuro; efectivamente,
ella viene a constituir el campo de fuerzas que irradia el Continente y a las
islas circunvecinas de la Española: después de que ya habían tocado en ella de
vuelta de sus exploraciones de Tierra Firme los Américo Vespucci, Pero Alonzo
Nino, Vicente Yáñez Pinsón, Rodrigo de Bastidas, Juan de la Cosa y Juan Días de
Solís, salen de sus puertos Alonso de Ojeda, Diego de Nicuesa, Vasco Núñez de
Balboa, Fernández de Enciso, Pizarro y Pedro de Heredia, es decir, el núcleo de
los conquistadores de Uraba y de Veragua, que luego llevaran el dominio español
al Pacifico y al Perú; salen las primeras huestes aguerridas en Indias para
prestar su ayuda a la empresa del Darién, salen Ponce de León hacia el levante,
a Puerto Rico, y luego a Bimini, Juan de Esquivel a Jamaica, Diego de Ocampo,
Diego Velázquez, Pánfilo Narváez a Cuba, en donde se organiza el descubrimiento
de Yucatán, México y Guatemala por Francisco Hernández, Juan de Grijalba,
Hernán Cortes y Pedro de Alvarado, desde Santo Domingo sale Gil González Dávila
para buscar el estrecho que separa los océanos y, finalmente, para la conquista
de Venezuela, sale la tropa de los Welser, con sus capitanes, los Alfinger,
Federmann, Jorge de Spira y Philippvon Hutten (el Felipe de Utre de los
cronistas españoles)”. Hechos que atestiguan que de Santo Domingo partieron
LOS PRIMEROS CONQUISTADORES DE AMERICA.
Esta casa se comienza a edificar
desde 1507 finalmente techada en 1544, con tres bóvedas corridas, construcción
única en América y que fuera restaurada en 1972, mantenida como testigo de la
importancia que tuvo la Ciudad de Santo Domingo en la conquista de América.
La defensa de la ciudad es otra
obra pública significativa que se comienza en esa primera etapa, los trabajos
se inician en 1504 y se terminan en 1507 levantándose en esos tres años LA
PRIMERA TORRE DEL HOMENAJE DE AMERICA para proteger la recién iniciada capital.
Con sus más de 18 metros
de altura se alza imponente en la entrada del río Ozama demostrando sus
orígenes medievales en sus gruesos muros, almenas, aspilleras y garitas. Fue
ampliada durante el siglo XVIII para adaptarla a los nuevos tiempos, ostentando
orgullosa un portal dieciochesco que sustituyó las antiguas torres medievales
de la entrada. Esta fortaleza, que nunca escuchó el fragor de una batalla,
mantuvo su uso como recinto militar durante centurias lo que ha permitido que
permanezca hasta nuestros días. Después de su restauración en la década de 1970
sus espacios se han dedicado a permitir el recorrido de visitantes.
Para 1509 llega a la colonia la
representación directa del rey de España, el PRIMER VIRREY DE AMERICA, Don
Diego Colón, hijo del gran Almirante. Con el virrey y su esposa Dona María de
Toledo, segunda sobrina del Rey Católico, que vino acompañada de un numeroso
grupo de damas, se establece una pequeña corte que consolida la sociedad
colonial. El virrey escoge para construir su palacio un solar en las afueras de
la ciudad con vista al río Ozama a la vera del embarcadero. Se comienza a
edificar el PRIMER PALACIO VIRREYNAL EN AMERICA en 1511 destacándose de la
arquitectura que realizaban los colonos, de fachadas sencillas sin adornos
siguiendo la tradición medieval, por unas fachadas con una serie de arcos que
descansando sobre columnas indicando influencias de los palacios campestres de
España. En este palacio habitó la familia Colón durante toda su estadía en la
colonia, quedando abandonado a su salida de la isla en el siglo XVIII,
arruinándose finalmente. Este importante monumento fue restaurado en 1957 para
ser destinado a museo recreando la vida familiar de la época donde apreciar el
lujo palaciego de lo que fuera la corte durante la colonia.
La sed de oro que movía a los
colonos los había llevado a someter a
los nativos a tales maltratos que sacudía las almas más nobles que habitaban la
colonia. A la queja de Las Casas se suma esta vez, desde el mismo pulpito de la
iglesia católica, una dura reprimenda dirigida a todos los hombres importantes
encomenderos de la colonia, convirtiéndose desde ese momento en el PRIMER
CLAMOR POR LA JUSTICIA EN AMERICA. El dominico Fray Antón de Montesinos, en el
sermón de adviento de 1511, se dirige a estos hombres para forzar sus
conciencias repitiendo y preguntando con dura entonación, porque estaban sometiendo a estas gentes que estaban en sus tierras
mansas y pacificas? Estos no son hombres? No tienen almas racionales? Los
matáis por sacar y adquirir oro cada día? Con estas y con otras palabras no
menos duras pretendía Montesinos lograr la toma de conciencia de estas gentes,
no consciente que en esos momentos la crueldad frente al nativo no llegaba ser
mortificante, ni para los colonos ni para la monarquía, si esta estaba prevista
en algún texto legal por lo que se detenían a buscar los textos bíblicos para
justificar su actitud frente a la raza nativa. Desgraciadamente la moral
siempre ha encontrado la forma de acomodarse a los intereses económicos y los
maltratos continuaron hasta extinguir los nativos como grupo étnico en la isla
Hispaniola.
Habían pasado ya 18 años del
traslado de la capital y el palacio de gobierno o Casas Reales no comenzaba,
previendo quizás la imponencia con que se quería realizar. Esta edificación
alojaría la Real Audiencia, la Contaduría Real y el Palacio de los
Gobernadores, quienes eran a la vez, Capitanes Generales de la Isla Española.
Se concentraban en ese momento en la misma persona las funciones judiciales,
militares y de gobierno. Este palacio con su multiplicidad de funciones se
comienza en 1520 edificando así la PRIMERA CASAS REALES DE AMERICA.
La edificación se ha mantenido
siempre alojando importantes oficinas de la administración pública de los
distintos regímenes políticos en el país. Durante la ocupación francesa, entre
1801 y 1809, fue intervenida por el General Ferrand, remodelando su fisonomía
externa introduciendo la rigidez renacentista por primera vez en la ciudad,
variando el ritmo de sus huecos y agregándole un balcón corrido en la esquina
de la calle Mercedes, siendo la primera vez que se modifica la arquitectura
colonial española. Esta novedad en la arquitectura es luego copiada en las
residencias particulares, remozando la fisonomía de las
antiguas viviendas coloniales. Por su uso constante nueva vez a principios del
siglo XX la edificación necesita ser intervenida, esta vez por el estado
dominicano, introduciendo en su fachada las corrientes neoclásicas que
imperaban en el momento. Finalmente durante la década de 1970 fue devuelto a su
aspecto original del siglo XVI, reconstruyendo su portal plateresco y
respetando la cornisa que había sido agregada a principios del siglo por
considerarla de gran valor estético. En ese momento la edificación se
adecuó para albergar un interesante museo que muestra la historia completa de
la colonia.
A pesar del fervor religioso de
los colonos, ya habían pasado 21 años de comenzada la capital cuando por fin se
da inicio a la construcción de su iglesia mayor. En el solar que fuera
destinado para alojarla, todavía permanecía la edificación que fuera construida
de madera y paja provisionalmente, donde no cabía ni la mitad de la población.
Muchos habían sido
los ruegos del obispo de la ciudad en orden de conseguir los fondos para su construcción aunque todos en vano. Es el segundo obispo
designado Alejandro Geraldini que llegó a la colonia en 1519, quien pudo por
fin reunir fondos para empezar una edificación digna. Palm recoge un fragmento
de la carta que enviara el obispo al papa León
X donde expresa las diferentes formas de obtener los anhelados fondos”….para pedir jubileos, indulgencias, reliquias
y bulas de composición en beneficio de la fabrica que absolvieran a los colonos
de los crímenes cometidos contra los indios.[3] Señalando nueva vez la
conducta de los encomenderos que no había cambiado a pesar de las denuncias
de Montesinos años atrás, conducta en contra de los preceptos de la iglesia
pero que si se podía utilizar para producir fondos a favor de la construcción
de la iglesia.
La primera piedra es
colocada el 25 de marzo de 1521, aunque las obras definitivas no comenzaron
hasta 1523. Finalmente para 1535 se puede oficiar en ella, consagrando LA
PRIMERA CATEDRAL DE AMERICA el 12 de febrero de 1546.
Esta se construye con
tres naves y bóvedas de crucería sobre nervaduras apoyadas en gruesos
contrafuertes, ya que el conocimiento del clima tropical, donde azotan
periódicamente los huracanes y temblores de tierra, además de la escasa mano de
obra que trabajara la piedra, no permite la utilización de los arbotantes
obligando a construirla mucho mas baja que las coetáneas en Europa. Esta
catedral se distingue por su mezcla de bóvedas góticas con estructura románica,
artificio que le ha permitido resistir imponente durante 500 años los embates
del clima. En su interior
se distinguen hermosas tallas en sus muros, perlas isabelinas y tracerías,
elaboradas por expertos maestros convirtiendo su interior en un incalculable
conjunto de obras de arte. Diferentes tipos de bóvedas techan las naves
laterales demostrando las pericias de los albañiles
en las diferentes épocas que fueron construidas. Todos los detalles artísticos
que se encuentran en el interior, junto al portal norte de estilo gótico y el
imponente portal plateresco del oeste convierten este templo en uno de los más
interesantes de América, por la riqueza arquitectónica y artística conque fue concebida.
Santo Domingo, capital de la
Republica Dominicana, ciudad de primicias, es un eslabón importante en la historia de la
conquista de América. En esta permanecen numerosos edificios como testigos
importantes que demuestran su papel pionero en el nuevo mundo, en un conjunto
que ha permitido a la ciudad a ser declarada Patrimonio de la Humanidad,
merecido reconocimiento otorgado por la UNESCO en 1990, por su importante papel
en la conquista de América. Pero así como tenemos testigos de las primicias
arquitectónicas debemos reconocer que en el diario acontecer pudieron haber
innúmeras primicias anónimas que no trascendieron ni mucho menos fueron
documentadas. Cuantos negocios se harían por primera vez en esta capital,
cuantas semillas se trajeron al nuevo mundo entrando por su puerto por primera
vez, cuantas mercancías se estrenaron por primera vez por sus pobladores.
Acontecimientos sin trascendencia histórica son los que han mantenido la ciudad
viva por 500 años contribuyendo a su preservación, a pesar de la gran expansión
que ha experimentado en la última centuria, después de haber demolido su cerco
militar medieval. Este latir constante de sus habitantes, herederos de glorias
pasadas, ha permitido que estemos celebrando en estos momentos, SANTO DOMINGO
CAPITAL AMERICANA DE LA CULTURA 2010.
BIBLIOGRAFIA
Ugarte, Maria. MONUMENTOS COLONIALES. Museo de Casas
Reales1978
Walter Palm, Erwin. LOS MONMENTOS ARQUITECTONICOS DE LA ESPANOLA. Sociedad
Dominicana de Bibliófilos, Inc. Santo Domingo Rep. Dom. 2002.
Tolentino Dipp, Hugo. RAZA E HISTORIA EN SANTO DOMINGO. Fundación
Cultural Dominicana. Santo Domingo. Rep. Dom. 1992
Fray Bartolomé de las Casas.
HISTORIA DE LA INDIAS I, II, III. Ediciones Continente S. A. V Centenario del
Descubrimiento de América. 1985
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